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lunes, 2 de mayo de 2011

letras del tango

Las letras 

Las letras están compuestas en base a un argot local llamado lunfardo y suelen expresar las tristezas, especialmente «en las cosas del amor», que sienten el hombre y la mujer de pueblo, circunstancia que lo emparenta con el blues. 

La poesía tanguera tiene la inhabitual característica de ser considerablemente compleja, con el uso de metáforas y reflexiones filosóficas y al mismo tiempo muy popular, sobre todo en los estratos más humildes de la población. 

Imágenes como «el misterio de adiós que siembra el tren» que utiliza Homero Manzi en Barrio de tango (1942), o «las nieves del tiempo platearon mi sien» de Carlos Gardel en Volver (1935), o «tu mezcla milagrosa de sabihondos y suicidas» creada por Enrique Santos Discépolo en Cafetín de Buenos Aires (1948), o «tinta roja en el gris del ayer» que Cátulo Castillo puso en Tinta roja (1941), reúnen una alta complejidad poética y al mismo tiempo una alta popularidad, que ha persistido con los años. 

Los temas principales y más conocidos de las letras de tango son el desengaño amoroso y el paso del tiempo, pero también la ciudad y sus personajes, la problemática social y política, el amor, la muerte, el fútbol y el mismo tango. 


Angustia; letra y música: Horacio Pettorossi 
El desengaño amoroso como tema central del tango es un lugar común, aunque sólo parcialmente cierto. Probablemente lo que llama la atención en la forma en la que el tango aborda el desengaño amoroso, sea el contraste del hombre «duro» y orientado al machismo, emocionalmente restringido, que se abre en las letras del tango, mostrando su interioridad y la profundidad de su sufrimiento. En el tango los hombres lloran y hablan de sus emociones, en un mundo en el que los hombres no deben llorar ni exponer sus sentimientos. 

La reflexión sobre el tiempo es una característica muy especial de las letras de tango, quizás tanto o más que el desengaño amoroso, mismo. Prácticamente todos los tangos contienen una mirada desagarrada sobre el efecto destructivo del tiempo sobre las relaciones, las cosas y la vida misma. Por sobre todas las cosas el poeta tanguero manifiesta su impotencia ante esa «fiera venganza la del tiempo»[13] y expresa «el dolor de ya no ser».[14]. 

Ejemplos de tangos clásicos por tema: 

El desengaño amoroso: Mano a mano (Celedonio Flores), Uno (Discépolo), Nostalgia (Discépolo), Esta noche me emborracho (Discépolo), Amargura (Le Pera). 
El paso del tiempo: Volver (Le Pera), Caminito (Coria Peñaloza), El corazón al sur (Eladia Blázquez), Tinta roja (Castillo). 
Problemática social: Cambalache (Discépolo), Que vachaché (Discépolo), ¿Dónde hay un mango, viejo Gómez? (Pelay), Chiquilín de Bachín (Ferrer). 
La muerte: Sus ojos se cerraron (Le Pera), Adiós muchachos (Veldani), Adiós Nonino (Eladia Blázquez). 
El amor: El día que me quieras (Le Pera), De todo te olvidas (cabeza de novia) de Cadícamo, Amores de estudiante (Le Pera), Los mareados (Cadícamo). 
La ciudad: Mi Buenos Aires querido (Le Pera), Cafetín de Buenos Aires (Discépolo), Barrio de tango (Castillo), A media luz (Lenzi), Yo soy la morocha (Villoldo), Balada para un loco (Ferrer), Sur (Manzi). 
El tango: Malena (Manzi), Che, bandoneón (Manzi), El firulete (Taboada), La canción de Buenos Aires (Romero), Así se baila el tango (Marvil), Pa’ que bailen los muchachos (Cadícamo), Siga el baile (Warren), Che, papusa, oí (Cadícamo), La última curda (Castillo). 


les dejo una letra de una canciom! 

A buenos aires 
Música: Edmundo Rivero 
Letra: Edmundo Rivero 
(milonga) 


En tu baraje gringo, ciudad mía, 
vas perdiendo tus zarzos y tu brillo. 
Tu malevaje está en la taquería 
y apoliya en orsay tu conventillo. 

Sos cadenera, flor sin berretines, 
que currás a los cuores con tu rango; 
pero el choma que aceita tus patines 
es canchero y varón, se llama tango. 

Mis escoberos siempre harán candado 
y en mi bobo de zurda sin falsía, 
aunque te dieron juego marquillado 
pa’ mí vos valés más que una María. 

Yo seguiré scruchando en tu lunfardo 
sin monseñor, jirafa, ni bandera. 
Y mi vos artillera será el bardo 
que te cante la rima más canera. 

Cuando llegue al final, si la de blanco 
me lleva con el cura antes que al hoyo, 
que el responso sea en lunfa, así lo manco. 
Yo no aprendí el latín, de puro criollo. 

Y así estarás feliz, matina y sera, 
más contenta que santo en la leonera. 





domingo, 1 de mayo de 2011

CAMINITO-LABOCA-BUENOS AIRES.

Barrio de La Boca - Caminito
El Caminito, verdadero museo a cielo abierto, conserva las calles empedradas y casas coloridas de los tiempos de la inmigración.
Caminito - La Boca
El emblemático barrio porteño de La Boca es llamado así debido a que precisamente en este sector el Riachuelo forma una especie de "boca" al arrojar sus aguas en el río de la Plata.

Aún se discute si fue en este barrio donde Pedro de Mendoza fundara por primera vez la ciudad de Buenos Aires, pero con seguridad las márgenes del Riachuelo fueron su primer puerto.

Hacia finales del siglo XVIII, ambas márgenes registraban un gran movimiento de marineros y comerciantes. La inmigración italiana, en particular genovesa, dio caracter a este barrio, donde más de la mitad de la población era extranjera. Sus características viviendas coloridas de chapa acanalada conformaron los "conventillos", viviendas donde debían convivir, algunas veces armoniosamente y otras no tanto, varias familias.

Uno de los pintores argentinos más reconocidos, Benito Quinquela Martín, dedicó prácticamente toda su obra y también su vida a plasmar la fisonomía de La Boca; se preocupó por la preservación del aspecto del barrio e incluso bautizó así a la emblemática calle-museo "Caminito", en homenaje a un famoso tango. Esta calle es una muestra pintoresca del barrio, visita obligada del turista.
Quinquela Martín vivió en este barrio y donó terrenos para la creación de la escuela-museo Pedro de Mendoza, cuyas aulas decoró con temas del puerto. También creó el Teatro de la Ribera, cuyas paredes están igualmente cubiertas por su obra.

Numerosos artistas y artesanos ofrecen sus obras al visitante, quien puede fotografiarse también junto a algún bailarín de tango. En sus restaurantes se sirven pastas, pescados y mariscos. Cruzando el puente Avellaneda se tiene una vista del Riachuelo, el Río de la Plata y el puerto de Buenos Aires.
Turismo en Buenos AiresCasa Rosada
Buenos Aires conjuga la calidez de la época colonial, el refinado encanto de los estilos europeos y los modernos rascacielos que marcan el impulso de la ciudad hacia los tiempos modernos.

De la época colonial, sin duda el símbolo más visible y que logró sobrevivir a las muchas mutilaciones de que fue objeto es el edificio del Cabildo, frente a la Plaza de Mayo, la antigua Plaza Mayor colonial.

Pero lo que más marca a Buenos Aires y que le valió el apodo de "la París americana", es ese aire europeo que se percibe en el centro de la ciudad, esas mansiones al mejor estilo de los palacios de los nobles franceses, las amplias avenidas imitando los boulevards de París, las estatuas y fuentes dispersas por toda la ciudad, aunque muchas están descuidadas y parecen añorar épocas de oro...

De Europa también llegaron miles y miles de hombres y mujeres, italianos y españoles en su mayoría, que se establecieron en la zona del antiguo puerto, en el barrio de la Boca. Hoy, el popular barrio de casas coloridas y el emblemático "Caminito" es visita obligada para quien quiere conocer Buenos Aires.

En medio de toda esa fiebre europeizante nació el tango, ese baile sensual condenado por los puritanos, despreciado por la clase alta, pero defendido a muerte en los arrabales, tanto que se impuso en Europa antes de ser aceptado en su ciudad de origen.
Un día cantó en un café de la calle Corrientes quien llevaría el tango a su máxima expresión:Carlos Gardel. En el barrio de San Telmo se encuentran gran cantidad de casas de tango donde pueden tomarse lecciones de baile o simplemente ver bailar a los que saben.

La zona de Puerto Madero es la más nueva de la ciudad. Ofrece un ambiente agradable para una caminata por los diques o para disfrutar de una buena comida, de nivel internacional o la típica parrillada, en sus tantos locales gastronómicos, aunque hay que decir que no resulta económico.

Y para quienes disfrutan del aire libre, extensos y sombreados parques ofrecen alivio al agotador ritmo ciudadano... pero a no detenerse totalmente! La noche porteña espera, con sus siempre abundantes ofertas teatrales, sus cines y bares!


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